El encanto del buen nombre
no es más que inane fortuna,
pues naciendo en servil cuna
no hay nada que mal le asombre.
Que se ha, con servil renombre,
merecido vana estima
y no se ha dado con rima
ni con hechos mil o hazaña,
sino con muy mala maña
que lo alza a inestable cima.