Necesito volar desde esta cárcel errante de mi humanidad, necesito creer en esa ilusión de ser dios, mitología pura, ángel, demonio, Ícaro, Pegaso, fiera, hado, mago, converso traidor de equidades, para reafirmar mi condición de humano.
Necesito volar: con alas suaves, aires de ensueño, plumaje de agua, tornasoles nocturnos.
Volar con locura cuando la mesura arrecie.
Cuando se torne imposible la palabra, cuando sean altos los muros, cuando el confín no se vea.
Llevar la enajenación a su punto crítico, único lugar donde la
libertad es posible. Caminar sobre la línea del horizonte para
saber ver el infinito.
Llegar al tiempo donde el tiempo sea todo y lo demás, nada.
Derrotar al espacio y reducirlo a un punto que lo contenga todo.
Preciso huir de la cárcel de lo puramente humano, para luego
volver a aceptar ser un ente efímero. Y en lo efímero, saber hallar el infinito.
Como una flor, o una estrella.
Necesito volar: etéreo, denso; humano y bestia. Seguir con el aire y con el lodo, con el fuego y con el agua. Con el bien y con el mal.
Con lo que fuere.