Toda una eternidad para encontrarte bajo este sol anciano y torpe
debajo de este aire y esta luz sucia de Santiago
que me es ajena y escalofriantemente turbia
Una antigua eternidad de trenes por la tarde y pasos apresurados
por la región iluminada en el estruendoso silencio de la siesta
Es la misma eternidad inolvidable y es otra nueva
desconocida
que nace en las mismas manos
en los mismos gritos
en las soledades
(la noche
otra vez
se verá rasgada por las luces de la región pálida de los plenilunios
y habrá un perfume nuevo a vino dulce y a selvas
en la niebla de la ciudad antigua)
Otra eternidad busca bajo esa luna rota (y amarga)
la luna opaca que habita sobre las nubes de Santiago
Es la misma eternidad que cada noche enciende
las luces y los giros celestes y la eternidad de los bosques
de las nieves
de cada ave
o pez girando entre las rocas
re(d)escribir la eternidad para desnudar el perfume del lago
acá bajo la región oscura del cielo sucio en donde el silencio
es un apátrida Acá donde solo existe el aullar de motores
y largos pestañeos de balizas y llueve la nostalgia
desde las ramas lineales de los árboles eléctricos