Y tu sombra fue materia
caricias ciertas
arena que destrozó quimeras.
Mis senos
desde el umbral de tus labios
hasta el dorso de tus manos
te acarician
mientras tú,
embustero
inundas mi mundo
en su origen
con palabras de lujuria incierta
entre violines y anhelos
cuando huyen de mi almohada
húmedos.
Veo sangrar el techo
azufre que lacera
mi razón
Entonces,
extrañé tu ausencia.