Se está haciendo costumbre decir adiós
en versos a quienes han marcado nuestra vida
con el vuelo rasante de gaviotas.
Y si digo gaviotas pienso en el mar
que te vistió de terciopelo
Lola poeta y señora, guerrera luminosa
firme y resuelta hasta la última batalla.
Mi silencio te rinde su homenaje,
laten estrellas en un cielo oscurecido,
luna apagada, llanto de arrecifes,
y tu voz que persiste en cada letra
diciéndonos que hay espacios en blanco
para encontrar las respuestas necesarias.
Mujer de cabellos de fuego
y alma de cristal
¡nos haces falta!
Lola del mar abierto y las naves prodigiosas,
hay un faro en la playa,
está encendido.
En él un duende cuida tu reposo.