Donde los ángulos perecen en silencio
y los significados no descifran las miradas
donde los instantes lloran con pétalos de sangre,
la existencia transita
al borde del campo de batalla.
Pero al final,
le hallamos entre aristas y colores
cuando se hermanan los sueños,
los sueños de fuego y agua en convivencia,
de alaridos y gritos en sinfonía
de manos que sostienen al enemigo.
Si yo…
-guijarro en el calzado de la humanidad-
urgiese a mis ojos y mi garganta,
y apurase a los hombres
hasta encontrar los colores
que hoy parecen perdidos,
recuperaríamos
a pesar del infinito
el color de la paz.
¿lo has olvidado?
fue creado,
aún vive.