Donde los ángulos perecen en silencio
y los significados no descifran las miradas
donde los instantes lloran pétalos de sangre,
y la existencia transita
al borde de un campo de batalla.
Al final, le hallamos entre aristas y colores
cuando se hermanan los sueños,
de fuego y agua en convivencia,
de alaridos y gritos en sinfonía
de manos que sostienen al enemigo.