La alegría vive en el canto juvenil
de las dos palomas blancas
traen una charla de estrellas,
a las que da su venia
esa algarabía de ternura.
¡Aleluya! Por mis aves que traen
los primores de los días nuevos
con galletas y café caliente
en los balcones sentadas
disfrutando una tregua.
¡Salud! Por la sonrisa que vuelve
en las olas compartidas
desde el más allá,
en nuestro ayer, y el deleite del hoy
acercándonos a la paz!