¿Dónde dejó la luna llena su saco nocturno de harina?
Supe de un pájaro que no sabía que la noche había sido concebida para dormir, por lo que decidió pasar sus horas recorriendo las estrellas. Hablaba con ellas y elogiaba a las mas bellas puesto que eran las amantes del Rey Sol y escuchaba consternado las quejas de las abandonadas.
Era el amo del cielo y el confesor de todas ellas. Una noche conoció a la Luna. Nunca antes el resplandor lo había conmovido tanto y no pudo evitar lo inevitable. Se enamoró tanto que deseó pasar allí el resto de sus noches. Picoteó a su amor intentando besarle. Un pequeño orificio se formó y el ave vio como escapaba por allí un polvo blanco con el que antes se llenaba.
Mientras tanto, pendientes de su ausencia, las estrellas se preguntaban: ¿Dónde dejó la luna llena su saco nocturno de harina?