Exuberantes pensamientos
de belleza vana, ideales
que siempre resultan mortales
en sus mil desvanecimientos.
¡Y en desvaríos y engreimientos
se desdibujan las fatales
líneas de vacíos contentos!
Lejanas dichas y emociones,
amores que en la lontananza
restan por su vil semejanza
a tantas frustradas razones.
Tesoros que en las oraciones
piden la inútil alabanza
de nuestras torpes ilusiones.