Yo no sé por qué,
pero lloviznaba siempre hacia dentro,
agujas de hielo feroces y delgadísimas,
que querían encontrar… tal vez
el espacio blando
en ese animal profundo
que son los ojos.
Yo no sé por qué,
pero lloviznaba siempre hacia dentro,
agujas de hielo feroces y delgadísimas,
que querían encontrar… tal vez
el espacio blando
en ese animal profundo
que son los ojos.