Sin título
Yo no sé por qué, pero lloviznaba siempre hacia dentro, agujas de hielo feroces y delgadísimas, que querían encontrar… tal vez el espacio blando en ese animal profundo que son los ojos.
Yo no sé por qué, pero lloviznaba siempre hacia dentro, agujas de hielo feroces y delgadísimas, que querían encontrar… tal vez el espacio blando en ese animal profundo que son los ojos.
Lo mejor que puedes hacer por un amigo cuando esté dolido es estar a su lado. Aunque lo único que tengas para ofrecer sea tu presencia.