Vitrales de domingo
Una escena avitralada.
Es domingo y yo me lluevo.
Me acompañan los cristales
en las nubes refractadas
que golpean, mi techo
alguien leerá en el alba luz
el engaño de tus labios
en el cristal opaco
de mi memoria
mutándose, con mi cuerpo en comisuras.
riego los gladiolos del poema
-tu poema de turbia huella-
desgastado atardecer.
distraigo el ademán que me despeina
viaja en mi
pulsión, domingo muerto.